sábado, 22 de junio de 2013

9 de Julio, 22 de junio de 2013

Estimadas familias:

A través de este medio, buscamos compartir con ustedes una breve reseña sobre nuestro colegio y el compromiso que formulamos al comenzar a transitar juntos este camino.

Entre el pensar y el hacer

Desde hace tres décadas, el partido de 9 de Julio, al igual que el resto de las localidades que integran el corredor agrícola ganadero del noroeste bonaerense, forma parte de un proceso de transformación económica relevante.
En la ciudad cabecera, dicho fenómeno se ha traducido en un notable crecimiento demográfico, que hasta el momento registra incapacidades en la resolución de sus necesidades, especialmente en materia de vivienda, salud y educación.
Las familias nuevejulienses comparten una preocupación: la búsqueda de una buena educación para sus hijos y una inquietud, la de encontrar un colegio que los albergue, a lo largo de toda la escolaridad obligatoria.
Es así como un grupo de personas, unidos por la amistad y el trabajo, comprendimos esta necesidad. Nos comprometimos a buscar una respuesta y a formar parte de un proceso de cambio amplio y profundo, en pos del bien común.
A mediados del año 2009, nació la Fundación Los Ceibos y decidimos crear un nuevo colegio en y para nuestra ciudad.

Construir y conquistar

En agosto de 2009 comenzamos la construcción del edificio, ubicado en la calle Juan José Paso casi Dorrego, a escasos metros del acceso a planta urbana.
Tanto su apertura como la esencia de este proyecto educativo fueron difundidas por los miembros de la Fundación y sus colaboradores, despertando el interés de las primeras familias que confiaron en este nuevo espacio y esta renovada posibilidad de enseñar y aprender.
El 1º de marzo de 2010, el colegio Los Ceibos inauguró sus instalaciones con una oferta educativa destinada a los niveles inicial y primario. Se convirtió de esta manera en la tercera oferta de educación privada de la localidad, diferenciándose de las preexistentes por ser laica y no recibir aportes del estado provincial. Los padres de nuestros alumnos creyeron que esta era la mejor manera de pensar y vivir la escuela.
Desde entonces, comparten nuestra visión y nuestra acción: formar personas que busquen el propio bien y el de los demás, con capacidad para comprender y transformar la realidad que los incluye.
En el año 2012 se inauguró el edificio del nivel secundario. La institución se convirtió, a partir de este momento, en una Unidad Académica que representa el compromiso de la Fundación con la escolaridad obligatoria, en los tres niveles de enseñanza.

Aprender y disfrutar

El colegio desarrolla su proyecto a lo largo de una jornada extendida, de acuerdo al nivel educativo de los alumnos. Sus modernas instalaciones y el parque que lo rodea contribuyen a la creación de un escenario favorable para el aprendizaje.
Por la mañana se desarrolla el currículum provincial, común a todos los establecimientos educativos de la jurisdicción. Por la tarde, la enseñanza intensiva del idioma inglés, la iniciación en los deportes, el desarrollo de diferentes espacios de expresión artística y de proyectos que vinculan a los chicos con la naturaleza, se convierten en el rasgo que distingue a esta propuesta educativa de otras en la ciudad.
Los resultados en la enseñanza de la segunda lengua se certifican a través de exámenes institucionales e internacionales.
El colegio es laico y ofrece un espacio de catequesis opcional al finalizar la jornada escolar.
La institución encuentra reunidos a alumnos y docentes con diferentes experiencias de vida escolar y laboral.
En la conformación de los grupos, privilegiamos la posibilidad de una atención personalizada, definiendo un máximo de 22 alumnos en el nivel inicial y de 25 alumnos en los niveles primario y secundario.
La propuesta pedagógica se enriquece con espacios de capacitación docente y la colaboración de especialistas.

Formar parte de la comunidad educativa
La vida en el colegio nos ofrece a diario la oportunidad de construir y compartir un entramado de relaciones significativas y perdurables que oficiarán de sostén en nuestro proceso de crecimiento como personas.
El respeto por el otro y la oportunidad de dialogar, forman parte de los rasgos de identidad y pertenencia que aspiramos construir como comunidad que se educa en forma permanente.

María Eugenia Sanmartín. Presidente de Fundación Los Ceibos 9 de Julio.